Johnson y Wilshere, alicientes de una semana bien british

Cada vez es más común disfrutar todos los días partidos de diferentes ligas, condimentos y países. Nosotros, fieles devotos, agradecidos, más aún sin en el menú figura Premier League como plato principal. Inglaterra y sobre todo su liga siempre dejan detalles que valen la pena comentar. Entre Terry y la prensa del corazón sumado al bestial show de Drogba y su equipo de gladiadores ante un ínfimo Arsenal, por lo menos pudimos seguir disfrutando de dos futbolistas que derrochan juventud, atrevimiento y mucho fútbol. Por desgracia, fueron lo único que sobresalió en un encuentro bastante pobre y plano como lo fue el City – Bolton.

Entre derroches sin control e intereses inescrupulosos por cual jugador atraviese sus 15 minutos de fama, los nuevos ricos de Manchester y sobre todo su entrenador, el elegante –solo en su look- Roberto Mancini, decidieron sentar cabeza y apuntar sus cañones a sangre joven, local y poco mediática. El resultado fue un fichaje más que interesante llamado Adam Johnson, el chico olvidado de Middlesbrough. Llamado a ser una de las grandes promesas del fútbol británico y tras ser un habitué de la sub-21 inglesa, el fútbol de Johnson de a poco cayó en los pantanos de segunda donde hoy milita su querido Boro. Como serán las cosas que este clon de Sheldon Cooper recién llegado a Manchester se ha convertido en un futbolista ya difícil de quitar del pobre 11 titular que hoy presentó Mancini.

No le hizo falta mucho, tan sólo algo de atrevimiento y perspicacia por la banda derecha para que este zurdo a pierna cambiada transformara un cotejo destinado al empate en otra victoria sin brillo para los skyblues. Fabricó el penal que materializó un Tevez en versión goleadora –con algo de suspenso- y fue claramente de lo mejor de un City frígido y anárquico, todo gracias a su coqueto entrenador, inentendible defensor de acumular volantes de marca en el centro del campo para quitarle cualquier ápice de emoción presente en el City of Manchester. Decir que estaba Johnson en el campo, por que si todo dependiese del ex Lazio e Inter la Premier sería el Calcio versión 2.0.

Los vientos de cambio aún no han soplado en Bolton a pesar de la salida del resistido Megson. La llegada de Owen Coyle por ahora no ha servido de salvavidas para un equipo con el agua al cuello, a un solo punto del descenso y con un funcionamiento que no invita al optimismo. Eso si, hay que darle la derecha al ex Burnley ya que su anterior equipo siempre intentó jugar al fútbol, por lo menos en casa. Esperemos que lo repita en esta nueva aventura que cuenta con un tripulante adolescente que ya ejerce de maestro. Y es que la precocidad de una de las joyas made 100% en la factoría gunner es una de las pocas esperanzas con las que cuentan en el Reebok Stadium para quedarse en la Premier.

Un partido le bastó al prometedor Jack Wilshere –categoría 92’, 18 añitos recién estrenados- para demostrar que lo suyo va en serio. Desde la banda izquierda –sorprendentemente quitándole el puesto a un experimentado Matthew Taylor- fue el eje de un Bolton anémico de ideas, con un Elmander que nunca fue –ni será, parece- el del Toulouse y con un Lee Chung Song como única y solitaria compañía en ataque. Será un largo y sinuoso camino hacia la salvación para los trotters, que además no cuentan con la fortuna de su lado: su impecable central Gary Cahill se perderá casi con seguridad el resto de la temporada por un coagulo de sangre presente en su brazo. Adiós al Mundial y adiós a la seguridad defensiva de este Bolton. Una autentica pena.

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