Llegó el cuarto día, y con él, la presentación de dos selecciones candidatas. Con estilos contrapuestos, presentes y obligaciones diferentes, Holanda e Italia pusieron sobre la mesa sus primeras cartas y dejaron en claro sus ideales, virtudes y defectos.
Holanda llegó a Sudáfrica inmersa en cambios.
Tras su decepcionante eliminación en la Eurocopa 2008 luego de maravillar en la primera fase, era hora de cambiar. El encargado:
Bert Van Marwijk. El ex entrenador del último gran Feyenoord retocó algunas improntas tulipanes que parecían intocables desde la época de Cruyff jugador.
Suprimió el 4-3-3 para adoptar el esquema de moda: 4-2-3-1, con dos volantes mixtos, una línea de tres por delante para crear juego y un único punta referencia.
El debut ante Dinamarca fue satisfactorio en cuanto al resultado, pero no tanto en referencia al juego. Personalmente esperaba ver a una Holanda arrolladora desde el principio, más aún teniendo en cuenta los rivales de su grupo. Con dos partidos restantes, podemos sacar algunas conclusiones:
- Van Bommel / De Jong: el hombre del Bayern nunca ha sido santo de mi devoción, pero debo reconocer que a la par de ganar experiencia también ha sumado recursos a su juego. Es un futbolista pensante, con pausa y a la vez muy llegador por el centro. De Jong hace ‘el juego sucio’, recorre más terreno para recuperar la posesión, no es tan claro con el balón en los pies pero cumple con su papel al pie de la letra. En resumen,
una pareja que se complementa de gran manera.- Generación de juego:
Sneijder y Van der Vaart hacen de nexo entre los pivotes y el delantero referencia. El enlace del Inter, que llega de una temporada soberbia, no participó demasiado en el juego, debe buscar su verdadera posición para pesar como igual que en su club. El hombre del Madrid, de gran sprint final con su equipo, suma con su calidad, pero la banda no es su hábitat natural.
- Los nuevos extremos y el ‘9’: Por derecha, Kuyt aportó su habitual esfuerzo y trabajo, como acostumbra en el Liverpool. Holanda sin Robben pierde profundidad, sorpresa, desequilibrio.
Eljero Elia es un hombre a seguir. Extremo puro, muy cómodo a pierna cambiada, dotado de una habilidad tremenda, cambió el partido con su ingreso. Desniveló por la banda y participó activamente en el segundo gol. Fue una de las notas destacables del partido, es un chico para seguir muy de cerca.
A tener en cuenta: las continuas salidas por banda derecha de
Van der Wiel y el resto de la defensa, la zona más floja del equipo.
La campeona del mundo y sus nuevas piezas
Cambió el equipo, el sistema, los nombres, pero la idea se mantiene. Una férrea defensa, un hombre pensante en el centro del campo, contraataques certeros y dinamita en la delantera.
- La vida sin Pirlo:
Montolivo cargó sobre sus hombros la responsabilidad de reemplazar al fino volante del Milan. El resultado fue aceptable, pero nunca optimo.
El hombre de la Fiorentina no destaca por su regularidad ni por su carácter. Cuando fue profundo y certero, Italia impuso su idea. Pasaron los minutos y el ‘22’ se fue apagando lentamente, en parte también gracias al certero planteo paraguayo en todas sus líneas.
- El sistema y los volantes ofensivos:
Pepe fue una agradable sorpresa. Confieso que era un escéptico de sus cualidades, pero con su velocidad y frescura aportó una solución en banda derecha. Italia es puro empuje, mucho físico y poca calidad. Falta un ‘trescuartista’, un hombre que se encargue de la fantasía. El joven
Marchisio, de gran nivel por las bandas o como doble pivote, sufrió por el centro detrás de la única referencia por el centro, Gilardino.
Lippi no pudo explotar sus cualidades como llegador.- El empate y el futuro:
la personalidad de De Rossi le dio actitud a un centro del campo con más potencia que cabeza. Con Camoranesi en mal estado y Di Natale suplente, Italia sufrió al no contar con una baza ofensiva confiable. Restan dos rivales de menor entidad,
todos sabemos que Italia es otro equipo una vez acabada la fase de grupos.Honda sentencia a una pobre CamerúnSimple, un mal partido que se decantó para el menos malo.
Keisuke Honda, el virtuoso volante del CSKA, marcó el único tanto de una selección asiática muy solvente. La nota del día fue la alineación de Paul Le Guen:
Kameni, los dos Song y Emana fuera del equipo, un desubicado Eto’o y una pobre actuación sentenciaron a una selección africana que no pudo demostrar su verdadero potencial.